Puedo recordar con detalle todo lo que hice ayer? ¿Puedo describir lo que hice hace una hora atrás? ¿Qué estoy haciendo en este momento? ¿Dónde estoy?
Parecen preguntas para un enfermo mental, pero son preguntas de una conversación de coaching y tienen que ver con lo que he llamado el “piloto automático”. Este tiene que ver con vivir la vida en el “automático”, comer, trabajar, llegar a casa, conversar, ver televisión y nuevamente otro día más, parecido al anterior. Fin de semana, deporte, siesta, amigos quizá en el mejor de los casos. Fantástico estamos en lunes de nuevo, otra semana más, otro mes más, otro año más y mira cómo ha crecido tu hijo. ¿Dónde has estado? ¿Qué te ha estado moviendo a hacer lo qué has hecho? ¿Algo te ha asustado? ¿Algo te ha apenado? ¿Para qué has hecho todo lo qué has hecho? ¿Para dónde vas?
Si no tienes respuestas es que has estado en tu piloto automático.
¿Cómo salimos del automático? O bien cómo es que despertamos?
Algunos despiertan por eventos externos como la pérdida de trabajo, la muerte de un ser querido o bien sencillamente se enferman. El cuerpo es más sabio y se declara en huelga, si no me miran ni me cuidan, me rebelo, dice sensatamente. Entonces aparece el lumbago para que dejes de “cargar”,y te obliga a quedarte en cama; aparecen las alergias para mostrarte tu rechazo y tu sensibilidad; aparece el colon que no soporta que sigas comiendo tus rabietas.
Otra alternativa es hacerse cargo de las preguntas e invertir en sus posibles respuestas. Yo digo que sí hay respuestas y siempre las tiene la propia persona que consulta, sólo necesita un empujoncito para que comience a rodar y desaparezca la insatisfacción.
Despertemos ahora y no veinte años después. Desconectemos el piloto automático y enchufémonos a la vida.
Jacqueline Valenzuela
Wednesday, August 09, 2006
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